Nuevo año que comienza, y otra vez decenas de propósitos, ¿qué tal si este año nos proponemos pensar en positivo, y además trabajamos para cumplirlo? Para ayudarte en esta causa, hoy no vamos a hablar de viajes ni de consejos de belleza, sino de algo que nos permitirá sentirnos bien por dentro. Ya verás como cuando tengas buenos pensamientos, sentirás una gran satisfacción.
Para conseguirlo, como todo, hay que practicarlo, y para ello debes ejercitar tu cerebro y apartar los pensamientos negativos. Sabemos que no es tan sencillo, y mucho menos después del año que hemos pasado, ¿verdad? Por ese motivo, para que no falles en tu intento, hoy te vamos a ayudar con algunos consejos para pensar en positivo hasta conseguir que se convierta en un hábito. ¡Mucha suerte!
Consejos para pensar en positivo
Busca siempre el lado bueno de las cosas
En la vida todo lo que sucede no es blanco o negro, sino que suele ser algo intermedio. Incluso cuando te haya ocurrido algo malo o te hayas sentido mal por algún motivo, intenta analizar lo sucedido para buscar algo bueno de la situación. ¡Seguro que lo hay! E incluso cuando vuelves a recordar la situación, asimilas y relativizas, te darás cuenta de que no era para tanto. ¿Por qué no intentas verlo así desde el primer momento?
Piensa en aquello que quieres que ocurra
Somos muy dados a intentar adivinar el futuro y siempre imaginarnos la peor de las situaciones: «No voy a aprobar el examen», «No me van a coger en el trabajo», etc. ¿Por qué no cambiamos el enfoque? No será mucho mejor pensar en la misma situación, pero de esta manera: «Aprobaré el examen, si», «Me van a coger en el trabajo, cruzo los dedos».
Pensar así no es engañarte, simplemente estás llenando tu mente de buenos pensamientos, que harán que no te angusties por algo que no sabes cómo va a terminar, sino que vivas con alegría ese tiempo hasta que ocurra el desenlace. Después podrás aprobar o no el examen, te cogerán o no en el trabajo. En ese momento disfrutarás plenamente o bien tendrás que trabajar más para que en la próxima ocasión se convierta en una realidad también positiva. ¿Pero de qué sirve angustiarse antes?
Sonríe más
¿Te has fijado que cuando sonríes, te sientes bien? Cuanto más lo hagas, mejor te sentirás. No hay mejor desestresante y bloqueador de pensamientos negativos que la risa. Sonreír genera endorfinas y eso es lo que hace que te sientas mucho mejor y más feliz. Intenta sonreir ante los inconvenientes que se presentan en la vida. Sonríe y no te enfades.
Analiza tu comportamiento
¿Cómo te has comportado tú ante lo sucedido? Debes analizar si estás exagerando, si te estás victimizando, si no has reaccionado del todo bien y has hecho algo erróneo de lo que después te has arrepentido, o si hay algo que deberías mejorar para la próxima vez que te suceda algo similar.
Rodéate de gente positiva
¿A que te sientes mejor con la gente que mira la vida con alegría, que con aquél que encuentra problema en todo? La alegría se contagia, y la tristeza también. La gente enérgica y positiva te transmite muy buenas vibraciones, que también te ayudarán pensar en positivo.
Y lo mismo ocurre al contrario, la gente negativa te consume, y es menos agradable estar en su presencia. Si no quieres convertirte en uno de esos, intenta huir de la gente negativa, o conviértelo también al positivismo, o al menos no te dejes llevar por sus malas vibraciones.
Sé agradecido
Muchas veces resumimos nuestro día en aquello negativo que nos ocurrió. ¿Y cuántas cosas positivas te pasaron y no lo mencionaste en tu resumen mental? Qué injusto, ¿no?
Para crear hábito puedes comenzar a apuntar todas las cosas buenas y malas que te ocurren en el día. Cuando te vayas a dormir revisa esa lista, y ya verás cómo te sorprenderás de todas las cosas buenas que has vivido. Aprende a valorarlas, porque es muy importante dar el auténtico valor a todo aquello rutinario y maravilloso, y te hará ver la vida con mayor positividad. ¡Cómo no, con todas esas cosas buenas que vives cada día!
Y lo mismo ocurre con las personas. Nos hacen algo, que muchas veces nos tomamos como ofensa y suelen ser tremendas tonterías, y ya nos hemos olvidado de todo lo bueno que nos han hecho. Crea el mismo hábito apuntando lo bueno y malo que vives con cada persona. Y agradece las cosas buenas que te hace.
Meditación
¿Has practicado yoga alguna vez? Habrás notado que después de practicarlo te sientes muy muy tranquilo, y parece que no hay nada que pueda estropear tu paz. Con sólo unos minutos de meditación diaria puedes lograr grandes resultados, ya que la respiración profunda y el dejar tu mente en blanco y sólo pensar en tu cuerpo, ayudará a sentir más calma.
Si no quieres ir a un centro puedes meditar en casa, ya que hoy día hay muchas opciones para practicar ejercicio en casa, ya sea yoga o cualquier otra práctica.
Diviértete
Para desconectar del estrés y de los malos pensamientos, no hay nada mejor que estar entretenido. Busca un hobbie que te sirva de fuga de escape y te haga olvidarte, al menos durante esas horas, de todo aquello que robe tu energía.
Naturaleza
Siempre que puedas, intenta salir al campo, playa o montaña para pasear o simplemente ver el paisaje. Estar en contacto con la naturaleza es muy relajante y también produce felicidad. Busca un sitio sin gente, en silencio, y deja pasar el tiempo sin pensar en nada.
El mundo es imperfecto
Y por último, aprende a vivir con los inconvenientes que se presentan, porque el mundo no es perfecto, y nosotros tampoco. Nos equivocamos cada día y ocurren cosas descontroladas. Sólo está en ti enfadarte en cada obstáculo que encontramos en el camino de la vida, o bien aceptar que ocurrirán cosas que no nos van a gustar, pero no por ello debemos enfadarnos, sino tomarlo con positividad y siempre, siempre, con una sonrisa.