6 minas de Europa que puedes visitar

Son muchas las minas de Europa actualmente abiertas al turismo. Las repartidas hay por muchos de los países del viejo continente. Algunas son muy famosas y se han convertido en lugares de visita obligados. Es el caso de las minas de Riotinto en Huelva o las minas de sal de Wielicka, en Polonia. Hoy os dejamos una selección de minas que bien merecen ser tenidas en cuenta si uno quiere descubrir qué hay escondido bajo tierra en los destinos que visita.

Minas de Europa que no te puedes perder

En esta lista de minas de Europa las hay con siglos de historia, algunas que son museos bajo tierra y otras que esconden hasta pequeños parques de atracciones. Sin duda cualquiera de ellas es una visita de los más singular.

Minas de lapis specularis (Cuenca, España)

En la provincia de Cuenca hay abiertas al público actualmente cuatro de las minas que explotaron los romanos para la extracción de lapis specularis. Están en Osa de la Vega, Torrejoncillo del Rey y Huete. En la misma zona en la que se pueden visitar también las ciudades romanas de Segobríga y Ercávica.

Pero, ¿qué es lapis specularis? Se trata de un tipo de yeso en forma de cristales que gracias a su transparencia, los romanos utilizaron para copas, jarras e incluso vidrio para las ventanas. Las de Cuenca fueron las minas más importantes de Imperio Romano. Desde ellas se exportó lapis specularis a todos los rincones de la antigua Roma.

Estas minas no son muy profundas, no suelen superan los 30 metros de profundidad. Aunque hay cámaras dentro de ellas, en general los pasillos son estrechos y pueden resultar algo agobiantes. Aún así, no hay duda de que merece la pena animarse a conocer estas minas de Europa.

Minas de sal de Hallstatt (Austria)

Hallstatt no es solamente uno de los pueblos más bonitos de Europa. También es el lugar en el que podemos visitar una de esas minas de Europa explotadas desde la antigüedad. Y que en este pueblo hay constancia de la explotación minera de sal desde la Edad de Bronce. En aquel entonces, alrededor del  1500 a.C., se excavaron una serie de túneles con unos 4 kilómetros de longitud.

La visita a Salzwelten (el nombre de la mina de sal de Hallstatt) permite ver un lago salado subterráneo, subir por la escaler de madera más antigua del continente o lanzarse por el tobogán que utilizaban los mineros. Una visita que combina historia y diversión.

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Salina Turda (Turda, Rumanía)

Uno de los lugares más curiosos que ver en Rumanía es la Salina Turda. Se trata de una gran mina en la que es fácil adivinar que se extraía de ella: sal. Este compuesto a base de iones de cloro y sodio está presente por todo la salina. Del techo cuelgan estalactitas. Y si pasas un dedo por la pared y lo chupas, notarás un intenso sabor salado.

Aunque es probable que en esta zona de Rumanía los romanos ya explotaran minas de sal, lo cierto es que la fecha de apertura de esta salina rumana es el siglo XIII. Estuvo en activo hasta el 1932, sirvió como refugio antiáreo durante la Segunda Guerra Mundial y, finalizada la contienda, fue utilizada como almacén de quesos.

En 1992 se abrió al público. En su interior se pueden ver antiguas máquinas utilizadas para la extracción de la sal y sorprenderse por el tamaño de la impresionante Mina Rudolf. Una enorme sala en la que se han instalado un teatro, una noria y hasta unas mesas de ping pong. Sin duda, una de las más peculiares minas de Europa.

Minas de Wieliczka (Polonia)

Cerca de Cracovia se encuentra Wieliczka. La localidad que da nombre a una de las más famosas minas de Europa. Estas minas de sal han sido explotadas sin interrupción desde el siglo XIII. Actualmente se sigue extrayendo de ellas sal de mesa.

El interior de las minas de Wieliczka es de los más atractivos que podemos encontrar en un lugar turístico de este tipo. Para visitar estas minas se puede elegir entre dos itinerarios: el minero y el turístico. El primero es un recorrido de unas tres horas en el que se camina por un laberinto subterráneo de sal, pasando por cámaras en las que se permite a los visitantes realizar algunas de las tareas tradicionales de los mineros.

El itinerario turístico es más cómodo y atractivo visualmente. Se visitan lagos de salmuera y cámaras subterráneas decoradas con figuras hechas de sal. No hay que perderse la Capilla de Santa Kinga, un lugar único y fascinante.

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Mina de Argentiera (Cerdeña, Italia)

Junto a una de esas bonitas playas que ver en Cerdeña se encuentran la mina de Argentaria. No es la única de la isla, pero es fácil combinar la visita con una día playero. Esta mina forma parte del Parque Geomineral, Histórico y Ambiental de Cerdeña, siendo explotada por sus reservas de zinc, plata y plomo.

Hace ya varias décadas que la mina cerró. El pueblo fue quedando vacío y en días con pocos turistas sigue pareciendo un lugar algo fantasmal, con sus casas sin gente y esos grandes edificios que formaron parte de la mina abandonados. Ahora esta mina sarda ha vuelto a abrirse, pero solamente para permitir a los visitantes conocer la interesante historia de la minería en Cerdeña.

Minas de Genk (Bélgica)

En uno de los territorios industriales más importantes de Bélgica se encuentra Genk. En esta ciudad se encuentran unas de las minas de Europa que los turistas pueden visitar. Se trata de un lugar al que tras la Segunda Guerra Mundial llegaron trabajadores de muchos rincones del mundo. Algo que se hace patente durante la visita, cuando se pasa por algunos pasillos en los que se escuchan las conversaciones que pudieron tener los mineros (seguro que distinguís alguna en español).

La visita a esta mina de carbón te hace sentir como si en ella se siguiera trabajando, pues el recorrido por su interior, a muchos metros bajo tierra, está acompañada de los sonidos que solía haber en ella. Se puede realizar la visita con unas gafas de realidad virtual, el mejor modo de sentir y ver cómo era el trabajo dentro de esta mina hace algunas décadas.

Minas de Riotinto (Huelva, España)

Cerramos nuestra lista de minas de Europa abiertas al turismo en Andalucía. Porque el Parque Minero de Riotinto es sin duda uno de los lugares que ver en Huelva. Es un complejo en el que los visitantes pueden conocer unas minas que se explotaban ya hace unos 5.000 años, desde la Edad del Bronce. Por ellas pasaron fenicios y romanos entre otros pueblos. En ellas se encuentra el mayor volumen de piritas de cobre conocido hasta hoy.

Las experiencias que ofrece Riotinto a quienes llegan hasta este lugar del sur de España son muy variadas. Se pueden ver minas interiores y exteriores, montar en un tren minero o recorrer el barrio Bella Vista, en el que los ingleses residieron durante un siglo y en el que se puede contemplar su forma de vida visitando una de las viviendas. Y recuerda, si decides ir a Riotinto anímate a conocer otros lugares de Huelva, como Aracena o Almonaster la Real, dos de los pueblos más bonitos de Andalucía.

¿Qué te parece la idea de conocer alguna de estas minas de Europa? A nosotras nos parece una forma fantástica de descubrir lugares con mucha historia y que nos ofrecen la posibilidad que adentrarnos, un poquito, en las entrañas de la tierra.

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