Nuestro clima mediterráneo es sin duda una de las temperaturas más inofensivas y bien llevadas del mundo. Aunque en verano haga un calor desmesurado en según qué zona de la Península, vivimos uno de los inviernos más placenteros: por lo general, el frío no es exagerado y lo podemos sobrellevar de buena manera con cualquier abrigo. ¿Pero qué ocurre si queremos viajar a algún país del norte donde las temperaturas bajo cero suelen ser el pan de cada día?
Viajar a países fríos
Toda la ropa que vas a llevar en tu viaje debe estar pensada para adaptarse a temperaturas bajo cero. Si queremos hacer un viaje de estas características es importante ir bien equipado, ya que vamos a encontrar un clima enormemente helado según a qué lugar vayamos a viajar.
Hacerse con una buena chaqueta de esquí va a ser de obligado cumplimiento si no nos queremos morir de frío, literalmente. Y es que depende del país al que nos queramos desplazar, las bajas temperaturas pueden ser un agravio si no llevamos los instrumentos adecuados, esto es, ir bien preparados tanto para estas condiciones frioleras como para encontrarnos nieve, por ejemplo.
La pieza de abrigar va a ser indispensable, pero también todo el outfit en conjunto va a tener que estar adaptado a estas temperaturas. Es evidente que no vamos a poder ir en tejanos, por ejemplo, así que tendremos que contar con pantalones especiales para poder sobrellevar el frío, sean de esquí o térmicos.
Lo mismo con las camisetas, sudaderas, zapatos o cualquier complemento que vayamos a llevar; todo tiene que estar pensado para sobrevivir a temperaturas muy bajas. Y que no te llamen exagerado: si el clima de los países nórdicos ya es frío de por sí, imagínate para ti que no estás acostumbrado.
El top 3 de los países nórdicos europeos
Finlandia, Groenlandia e Islandia. Estos tres pueden presumir de ser de los países europeos más fríos con temperaturas que pueden alcanzar los -40 grados, pero también es cierto que todo aquel que los visita va a acabar totalmente enamorado de sus paisajes nevados y de su particular encanto invernal. Y es que visitar Laponia, en Finlandia, o ver las auroras boreales islandesas son experiencias que uno no puede perderse. Eso sí, mientras vayas bien abrigado.