Te vamos a llevar a conocer los Paradores junto al mar. Porque al acercarse el verano, aumentan las ganas de disfrutar del mar, de las playas y de lo que la costa en general ofrece al visitante.
La cadena hotelera Paradores tiene repartido a lo largo y ancho de nuestra geografía un buen puñado de alojamientos cercanos al mar.
Unos más históricos que otros, pero todos con una localización envidiable en entornos privilegiados, ideales para disfrutar de unos cuantos días de asueto.
Hoy empezamos un repaso por algunos de los paradores más interesantes. Como son bastantes, haremos dos post dedicados a esta selección veraniega y de relax.
Paradores junto al mar
1. Parador de Aiguablava, Gerona
En lo alto de un acantilado, en la Costa Brava gerundense se sitúa el Parador de Aiguablava, al que apetece marcharse ya mismo. Se trata de una construcción blanca y semi-escondida entre pinos que parece colgar sobre el Mediterráneo proporcionado unas vistas únicas y relajantes.
Los interiores, en tonos claros y líneas puras, acompañan a la hora de crear esa sensación de relax tan necesaria cuando se está de vacaciones.
La mayoría de las habitaciones, decoradas de manera sencilla, cuentan con balcón. Las suites tienen, además, bañera desde la que disfrutar de la vista, salón y terraza de la que no salir.
La playa es accesible por un pequeño sendero y se llega a ella en apenas 2 minutos. A cuatro kilómetros se encuentra Begur, uno de los pueblos más bonitos de esta zona.
2. Parador de Baiona, Pontevedra
Al sur de la provincia de Pontevedra y ocupando la Península de Monterreal hay unas murallas del siglo II a.C que protegen de los vientos al Parador de Baiona que se encuentra entre sus muros.
El mar está al alcance de la mano en este pazo de nueva planta desde el que se divisan las islas Cíes y desde el que se tuvo constancia (desde algunas de sus torres más antiguas) del regreso de La Pinta tras el primer viaje a América.
Si quieres disfrutar de la costa gallega y del buen comer de la zona ven a este Parador cuyos interiores van en consonancia con el empaque exterior y están decorados con muebles de madera y telas algo pesadas.
Lo mejor de todo, conseguir una habitación con vistas al mar para dormir acompañado por su rumor.
3. Parador de Hondarribia, Guipúzcoa
Situado en una de las villas marineras más bonitas de España, el Parador de Hondarribia se sitúa entre unos muros que datan nada menos que del siglo X; más tarde el emperador Carlos V ordenó engrosarlos para evitar ataques.
Si por fuera el aspecto de la construcción es macizo e imponente, por dentro destacan el patio interior, la terraza sobre la desembocadura del Bidasoa y las habitaciones, amplias y acogedoras con suelos de mármol o madera y decoración en perfecta consonancia con el entorno.
Las vistas de la villa y del mar son realmente excepcionales en uno de los Paradores junto al mar, que resume bien los valores del grupo.
4. Parador de Jávea, Alicante
Terminamos este primer recorrido por los paradores en una de las provincias más visitadas en verano. Aquí se encuentra el Parador de Jávea, una construcción playera convencional que cuenta con una localización única que le da un valor añadido.
Está enclavado en uno de los extremos de una bahía y rodeado por un pequeño canal de agua marina sobre el que prácticamente cae el precioso jardín tropical, verdadero foco de atención del Parador.
Dan ganas de sentarse horas y horas en este bello enclave a mirar el ir y venir de las embarcaciones por el canal, con el Mediterráneo al fondo. Es uno de esos Paradores con piscina cuyos interiores son sencillos y sin pretensiones y las habitaciones, casi todas con terraza, adolecen de cierto desgaste propio de los hoteles de playa.