Las islas mediterráneas son sin duda uno de los destinos más deseados de cara a las vacaciones estivales. Cerdeña, Sicilia o Ibiza cuentan con infinidad de atractivos, pero seguramente las cosas que hacer en Mallorca la conviertan en una de las mejores para disfrutar del verano.
Qué hacer en Mallorca
Cada año miles de turistas llegan a la preciosa isla de Mallorca en busca de sus playas y encantadores pueblos. Son muchas la cosas que ver y que hacer en Mallorca, tantas que es difícil elegir cuáles son aquellas que no debemos perdernos. Nosotras hemos elegido esas diez actividades de las que todo viajero debería disfrutar en esta isla balear. Tomad nota porque os aseguramos que convertirán vuestras vacaciones en inolvidables.
Visitar Palma de Mallorca
La capital de las Baleares es la ciudad más grande del archipiélago y visitarla es sin duda una de las cosas que hacer en Mallorca. Un paseo por sus calles te acercará al barrio judío, al pasado romano de la ciudad y te permitirá conocer los típicos patios mallorquines. No puedes perderte la magnífica Catedral ni el Palacio de la Almudaina. No te olvides tampoco de su paseo marítimo, un de los lugares más chic de la isla.
Navegar por el Mediterráneo
¿Te imaginas recorriendo la costa de Mallorca en un barco? Es sin duda una de las cosas más especiales que hacer en esta isla rodeada de aguas turquesas. Hay multitud de opciones y precios, si te apetece probar esta experiencia, en SamBoat seguro que encuentra el barco de alquiler perfecto para ti.
Recorrer la Sierra de Tramontana
En Mallorca no todo es mar y playa. Su interior esconde lugares en los que la naturaleza es la protagonista. Eso ocurre en la Sierra de Tramontana, un lugar tranquilo en el que se puede seguir disfrutando de la Mallorca más tradicional. El punto más alto de esta sierra, Patrimonio Mundial de la Unesco, casi alcanza los 1.500 metros de altitud, y recorrer la zona requiere de cierta pericia al volante, pues todo son carreteras de montaña que llevan a miradores y a pueblos tan bonitos como Pollença o Deià. Esta sierra finaliza en acantilados que llevan hasta el mar formando calas como Sa Calobra, una de las más bellas de la isla.
Bañarse en la playa de Alcudia
Merece la pena visitar Alcudia y dedicar algún tiempo a conocer la localidad. Un lugar que habitaron fenicios y romanos, siendo hoy muchas de sus calles peatonales. Allí esperan al visitante casa señoriales, murallas y diferentes edificios históricos. Para terminar la visita, nada mejor que acercarse a sus playas de fina arena bañada por aguas turquesas. Que nadie espere encontrar aquí las típicas calas mallorquinas, pues la playa de Alcudia, rodeada de pinares, es kilométrica.
Callejear por Valldemosa
Aunque no se visite la Sierra de Tramontana al completo, hay un pueblo cuya visita debe contarse siempre entre las cosas que hacer en Mallorca. Se trata de Valldemosa, uno de los pueblos más bonitos de España. Hubo aquí un asentamiento árabe y hoy sus casas tienen ese encanto rural que uno no espera encontrar en las siempre bulliciosas Baleares. Entre sus edificios no hay que pasar por alto la Cartuja de Valldemosa, por cuyas estancias han pasados personajes famosos como Chopin o Rubén Darío.
Conocer las Cuevas del Drach
Para entrar en estas famosas cuevas mallorquinas hay que ir hasta la localidad de Manacor. Allí uno deja atrás la luz de sol para conocer el interior de la tierra recorriendo cuatro cuevas subterráneas conectadas entre sí y que alcanzan una profundidad de 25 metros. En su interior se encuentra el Lago Martel, considerado con sus 115 metros de longitud uno de los lagos subterráneos más grandes del mundo.
Viaja en un tren a Sóller
Más de un siglo lleva un tren de madera haciendo el recorrido entre Palma y Sóller, atravesando las montañas de la sierra de Tramontana y haciendo que el viajero disfrute del pedregoso paisaje que rodea las vías. Es un trayecto de apenas una hora que hará disfrutar (y pasar algo de vértigo) a grandes y pequeños. Sin duda una de las cosas que hacer en Mallorca.
Tomar el sol en Cala Varques
No todo tiene que ser ir de un lugar a otro. En Mallorca hay que darse también tiempo para el relax. Y que mejor que hacerlo en una cala tan bonita como la Cala Varques. Rodeada por pinos, rocas y cuevas, esta preciosa playa es una de las más vírgenes de la isla y destino preferido de buceadores y aquellos que quieren algo de calma. La imagen no puede ser más bella: un mar de un azul intenso y una arena de un blanco resplandeciente. Pero que esa maravilla no te ciegue, recuerda siempre antes de tumbarte al sol elegir un buen protector solar.
Saborear la comida mallorquina
Nosotras pensamos que una parte del viaje es siempre la gastronomía. Poder disfrutar de una buena comida o cena conociendo la cocina tradicional es algo que no se puede dejar de hacer en Mallorca. Sobrasada, cocas, ensaimadas o un simple pan con aceite saben mucho mejor en esta isla del Mediterráneo. Y si hablamos del arròs brut o del tumbet entonces ya son palabras mayores.
Ver la puesta de sol en Cabo Formentor
Las puestas de sol atraen en cualquier lugar a muchos viajeros. Y Mallorca no iba a ser menos. Hay muchos lugares perfectos para decir adiós al día, pero sin duda, uno de los más increíbles es Cabo Formentor. Un lugar fabuloso para pasar el día alargando la jornada hasta que se pone el sol. Eso sí, después cuidado en la carretera que lleva hasta Pollença, está llena de curvas y discurre junto a acantilados.
Y después de todas estas ideas estamos seguras de que ya estás pensando en pasar unos días por allí. La verdad es que está muy bien comunicada con la penísnsula y buscar Hoteles en Mallorca para alojarte, resulta una tarea muy sencilla por la cantidad de ellos que hay para todos los gustos y bolsillos.